lunes, 7 de enero de 2013

Aniversario de la muerte de Nikola Tesla

Tesla
Nikola Tesla, con su pose característica


El 7 de Enero de 1943 moría en la habitación de un hotel, arruinado, sin el reconocimiento que merecía y sólo (posiblemente a excepción de sus queridas palomas callejeras a las que alimentaba) uno de los mayores genios y más prolíficos inventores que ha dado la raza humana: el gran Nikola Tesla. 

Excéntrico y brillante a partes iguales, Tesla, como comunmente se dice hoy, inventó el siglo XX. Gran parte de nuestra tecnología actual proviene directa o indirectamente de los inventos de Tesla. Su gran logro fue la concepción del motor de inducción trifásico de corriente alterna. Aún siento un cosquilleo cuando pienso en la historia, que el propio Tesla relataba, de su ocurrencia. Paseando por un parque al atardecer, observó el sol ocultándose por el horizonte  y casi como poseído, tras visualizarlo en su mente,  se arrodilló en el suelo para dibujar con una ramita el esquema circular y rotatorio del motor.

Tesla era un hombre extraño y daba la sensación de pertenecer a otra época, casi como un viajero del futuro. Diseñaba sus inventos en su mente casi sin utilizar planos ni notas, de hecho, siendo joven solía resolver complejas integrales mentalmente. Su último gran sueño fue electrificar la atmósfera terrestre para convertirla en un conductor que proporcionaría energía gratuita y limpia a todo el mundo. Para poder empezar su proyecto engañó a sus patrocinadores ya que no hubieran visto con buenos ojos eso de regalar energía.

Llegó a  EEUU con su maleta y una carta de recomendación para una persona a la que él más admiraba (y tras ser engañado por ésta se convertiría en su mayor enemigo), uno de los inventores más famosos de la época: Thomas A. Edison. La carta decía la famosa frase: " Querido Edison, conozco a dos grandes hombres. Usted es uno de ellos. El otro es este joven."

Edison le encargó a Tesla la dificultosa tarea de mejorar las dinamos de su compañía y a cambio si lo consiguiese, le pagaría  50.000 dólares. Tesla, tras trabajar hasta el agotamiento mucho tiempo durante más de 18 horas diarias consiguió mejorar el rendimiento de las dinamos de la compañía de Edison. Cuando se dispuso a cobrar lo prometido, Edison le dijo la también famosa frase: "Me temo que no ha comprendido usted el humor americano" y no le pagó. Tesla, abatido dejó la empresa y comenzó a trabajar fregando platos en hoteles para subsistir. 


Más tarde Tesla que continuaba con sus inventos fue contratado para iluminar la Expo de Chicago de 1893 y ante el éxito que tuvo se le contrató para construir la primera central hidroeléctrica en las Cataratas del Niagra tal y comó soñó de niño, cuarenta años antes. Comenzó entonces la guerra Edison-Tesla. Edison para desprestigiar la corriente alterna de Tesla se dedicaba a electrocutar con corriente alterna animales callejeros así como caballos y elefantes en grandes acontecimientos públicos. También patentó la silla eléctrica de corriente alterna para ejecuciones. Hoy día las ventajas de la corriente alterna sobre la continua son innegables.

A partir de ahí comenzó a experimentar sobre la transmisión de energía a grandes distancias sin cables, como he mencionado antes, pero sus intereses no eran económicos al contrario que los de sus patrocinadores. Este motivo unido al inicio de la guerra hizo que le retiraran los fondos y Tesla volvió a estar arruinado.

La historia no trató bien a Tesla y ya viejo y tomado por loco, se retiró a una habitación de hotel con lo poco que tenía para pasar sus últimos años casi sin salir de ella. 

Me olvidaba de mencionar un último revés que la vida le dio a Tesla. Patentó el radio-control para manejar un pequeño barco utilizando ondas de radio. Basado en eso, Marconi inventó la radio propiamente dicha para transmitir mensajes, por lo que se llevó el premio Nobel y todo el reconocimiento. Después de la muerte de Tesla se adjudicó la invención de la radio a Tesla por la oficina de patentes estadounidense.

Una vez fallecido, el FBI confiscó las escasas notas y documentos que tenía Tesla y cuenta la leyenda que aún veremos nuevos inventos que el genio nunca llegó a construir.

Pero leyendas a parte, Tesla fue una mente brillante (casi sobrenatural), injustamente tratado por la sociedad de su época. Y tan visionario como siempre, tesla sabía que con el tiempo se le otorgaría el reconocimiento que merecía y escribió:

"El presente es vuestro. El futuro, sin embargo, me pertenece."












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